Numerosas investigaciones han señalado la importancia de las frutas, verduras, nueces, granos enteros y proteínas animales bajas en grasa, para mantener una vida saludable. Además, se ha dado un papel importante a los estilos de alimentación que contribuyen a la mitigación del cambio ambiental y a la agricultura sostenible.
Estas formas de alimentarse se basan principalmente en alimentos de origen vegetal o 100% basados en plantas, como las distintas variedades de dietas vegetarianas como vegetariana estricta, lactovegetariana, ovovegetariana, lactoovovegetariana, veganismo, crudiveganismo, entre otras, que se siguen por muchas personas recientemente y otras desde hace mucho tiempo.
Beneficios del flexitarianismo
El consumo de alimentos de origen vegetal puede reducir la incidencia de padecimientos como los cardiovasculares, diabetes tipo II y algunas enfermedades gastrointestinales. Sin embargo, también puede haber riesgos de una dieta 100% basada en plantas, como la ingestión insuficiente de proteínas de alto valor biológico y algunos micronutrimentos como la vitamina B12 y el hierro.
Cada vez son más las personas en todo el mundo que se preocupan y ocupan por mejorar su salud, pero que desean obtener también nutrimentos indispensables y poder disfrutar de todos los alimentos.
¿Qué incluye una dieta flexitariana?
En la dieta flexitariana predominan alimentos basados en plantas, como verduras, frutas, leguminosas, granos enteros, nueces y semillas, pero además se incluye el consumo moderado de productos de origen animal como leche y productos lácteos, huevo, pescado, así como carne y productos cárnicos que sean respetuosos con el medio ambiente.
La dieta flexitariana es una opción de alimentación que combina la flexibilidad y el semi-vegetarianismo. Esto significa que las personas eligen predominantemente alimentos de origen vegetal como verduras, frutas, leguminosas, granos enteros, nueces y semillas, pero además se incluye el consumo moderado de productos de origen animal como leche y productos lácteos, huevo, pescado, así como carne y productos cárnicos que sean respetuosos con el medio ambiente, sin una norma que especifique de forma rígida cuántas veces a la semana puede hacerlo.
Considerando que los sistemas alimentarios se ven impactados por factores como que actualmente a nivel mundial la producción alimentaria es el principal consumidor de agua y el segundo contribuyente de emisión de gases invernadero. Además de que el 17% del total de alimentos disponibles para la población se pierden y desperdician en las diferentes etapas desde la producción hasta principalmente el consumo final, y que podrían ser utilizados para alimentar a la mitad de las personas que padecen hambre en el mundo.
Flexitarianismo y sostenibilidad
Las personas que siguen la dieta flexitariana integran el cuidado de la salud y también el cuidado del planeta; esto coincide con lo que expertos han encontrado como las razones más sólidas por las que las personas deciden cambiar su forma de alimentarse y así beneficiarse.
- Una clara lealtad a sus valores y convicciones. El flexitarianismo prefiere la producción sostenible de alimentos tanto de origen animal como vegetal, es decir, actúa a favor de la sostenibilidad del planeta y el medioambiente, del bienestar animal, le interesa la ética y la justicia social.
- El fomento de su salud. Las personas están viviendo más años como nunca antes en la historia. El flexitarianismo busca mejorar su alimentación para vivir plenamente y obtener todos sus beneficios.
- La Organización Mundial de la Salud reconoce que consumir menos de 5 porciones de frutas y verduras (400 gramos) al día está relacionado con la prevención del 2.8% de la mortalidad mundial.
- Un adecuado consumo de estos alimentos reduce el riesgo de enfermedades crónicas, como las de corazón, el cáncer colorrectal y del estómago.
- Se permite alcanzar más fácilmente la recomendación diaria de los diferentes nutrimentos que requiere el organismo
El flexitarianismo no sólo promueve una alimentación sostenible, sino que también tiene beneficios para la salud emocional. Al poder consumir carne, sin sentir limitaciones ni culpa ni angustia por estar restringido, puede vivirse desde el equilibrio y haciendo las paces con lo que está en el plato. Se puede comer serenamente en una reunión con amigos, en la cena de la oficina y en cualquier evento social.
Por otra parte, si la intención es pasar de una alimentación omnívora (la tradicional, donde todo se puede comer, pero donde pueden llegar a predominar la preferencia por determinados grupos de alimentos como los de origen animal) a una con más productos de origen vegetal, el flexitarianismo es una excelente alternativa para facilitar su transición, reduciendo la angustia que provocan las limitaciones por el cambio.
Una alimentación sostenible está considerada dentro de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Estos ODS buscan que todos los habitantes del planeta impactemos positivamente en el sistema alimentario para reducir hambrunas, seguir promoviendo una mejor nutrición y salud, limitar cambio climático, y aprovechar sin dañar los recursos naturales, la biodiversidad y la economía. Si bien cada persona es responsable de cuidar su alimentación y su salud, cuidar al planeta sí es una responsabilidad por la que todos tenemos que actuar ya.
Conclusiones:
Existe un estilo de alimentación que ofrece simultáneamente mejorar la salud, cubrir los requerimentos de macronutrimentos, micronutrimentos, fibra y fitonutrimentos, alinearse a los valores personales, respetar al planeta, más creatividad en la cocina, cuidar el bolsillo, fácil de llevar a cabo: el flexitarianismo. ¿Vale la pena considerarlo, cierto? ¡Inténtalo y nos cuentas qué tal!
Fuentes de consulta
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