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Como sociedad, cada vez estamos más interesados por la salud y por el medio ambiente. A pesar de que los consumidores tienen una mayor conciencia sobre el impacto ambiental que tiene la producción de alimentos, la mayoría de las investigaciones muestran que no se tiene claro lo que es una dieta sostenible.

En este artículo exploraremos cómo la dieta flexitariana es una opción alimentaria que combina la sostenibilidad con la innovación, beneficiando la salud de las personas y la salud del planeta.

Sostenibilidad y dieta flexitariana

Son términos que hoy día escuchamos con más frecuencia, pero de los cuales es posible que no tengamos mucha claridad de lo que en realidad significan. 

Cuando nos referimos a la sostenibilidad, y en especial a la producción sostenible de alimentos, estamos hablando de procesos y sistemas que reducen el impacto ambiental, protegiendo a los trabajadores, a las comunidades y a los consumidores, sin que se comprometan las necesidades de las generaciones futuras.

Consumir alimentos locales, minimizar el consumo de carne y elegir opciones de productos de origen animal obtenidos de forma responsable son alternativas sostenibles, con un doble beneficio, tanto para la salud de las personas, como para la salud del planeta.

Para no comprometer el abasto de alimentos de las generaciones futuras, debemos, además de reducir el impacto ambiental, adoptar nuevos hábitos de consumo a través de dietas sostenibles que nos ayuden a reducir el desperdicio de alimentos, consumir lo necesario, incrementar el consumo de productos de origen vegetal y modular el consumo de productos de origen animal con especies más sostenibles.

La dieta flexitariana es una combinación de una dieta flexible y mayoritariamente vegetariana —que se distingue por enfatizar el consumo de alimentos y bebidas de origen vegetal— con la incorporación del consumo de lácteos, huevo, pescados, así como de carne, aunque con menos frecuencia y/o en porciones más pequeñas.

Esta alternativa la hace una dieta completa, equilibrada, suficiente, variada y adecuada, podríamos incluso decir que es una dieta planetaria, pues brinda un doble beneficio, a la salud de las personas y a la del planeta.

Una dieta flexitariana incluye todos los grupos de alimentos, incorpora al menos el 50% de verduras y frutas, el 40% debe incluir proporcionalmente: cereales, principalmente de granos enteros; proteínas de origen vegetal como leguminosas y semillas; grasas insaturadas vegetales como aceites de cártamo, maíz, oliva y aguacate y productos lácteos, como leche, yogur y quesos. 

En menor proporción se incluyen otras proteínas de origen animal como pollo, pescado, carnes; también en menores cantidades vegetales con almidón, como papa, camote y yuca y finalmente un consumo ocasional de alimentos con azúcares añadidos.

¿Cómo debería verse mi plato si quiero seguir una dieta flexitariana?

Aquí te compartimos una sugerencia:

Plato dieta flexitariana

Innovación en la dieta flexitariana

Los avances tecnológicos permiten el desarrollo de nuevos productos como alternativa a otros de origen animal y la incorporación de más formulaciones que ofrecen una amplia variedad que se adapta a las necesidades nutricias de las personas.

Además, al promover el consumo de verduras y frutas, la industria nos ofrece alternativas seguras y nutritivas, adaptables a los diferentes hábitos de consumo.

Por ejemplo, se pueden consumir vegetales y frutas listos para su consumo, limpios, desinfectados, cortados y en diferentes mezclas, con la posibilidad de integrarlos en distintas formas de preparación de forma segura, rápida y que, además, reduzca el desperdicio de alimentos.

También existen opciones de alimentos envasados en vidrio o aluminio que extienden su vida útil, haciendo disponible el alimento sin recurrir a la refrigeración durante su almacenamiento y empleando materiales 100% reciclables.

Por otro lado, las diferentes tecnologías aplicadas a los procesos alimentarios pueden ofrecer alternativas además de sustentables, también más nutritivas, como la eliminación de compuestos que pueden disminuir la biodisponibilidad de algunos nutrimentos; disminución del uso de ingredientes como azúcar o sal añadidos o el mejoramiento del contenido de micronutrimentos para subsanar deficiencias en vitaminas y minerales.

  • Se estima que para 2040, el 43% de las comidas preparadas podría incluir hasta un 50% de proteínas alternativas, como las de origen vegetal, a partir de insectos, algas o carne cultivada, lo que ayudaría a atender la demanda de alimentos para las próximas generaciones, contribuyendo a un sistema alimentario más sostenible.

De acuerdo con estudios realizados en 2021 sobre la industria que promueve el consumo de alimentos elaborados a base de plantas, se mostró que…

  • Una de cada cuatro personas a nivel mundial se considera flexitariana
  • El 45% de los encuestados compran alternativas a la carne
  • El 49% buscan sustitutos lácteos
  • Este grupo de la población es un objetivo importante para las empresas que desarrollan productos de origen vegetal

Migrar a una dieta flexitariana permite:

  • Cuidar el cuerpo
  • Aportar variedad a la dieta
  • Encontrar nuevos sabores
  • Contribuir a la sostenibilidad y bienestar animal

Beneficios para la salud personal y del planeta

Dado que una dieta flexitariana no es una dieta restrictiva, sino flexible, permite incorporar muchas más opciones de ingredientes, basados en un diseño con evidencia científica.

Una dieta flexitariana brinda numerosos beneficios a la salud, por ejemplo, un mayor aporte de fibra que mejora la salud digestiva y favorece la salud inmune, además, promueve una menor prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, obesidad o hipertensión.

Al tener su base en alimentos de origen vegetal, disminuye el impacto ambiental, al reducir la contaminación que causa la agricultura y aminorar el uso de recursos destinados a la producción de alimentos de origen animal.

Una dieta flexitariana cuenta con el suficiente aporte de proteína, pues está diseñada con un balance adecuado de nutrimentos que complementan los alimentos de origen vegetal, sin descartar por completo los de origen animal y que, dicho sea de paso, ofrecen una proteína completa y de calidad.

Cuando se trata de alternativas de productos elaborados a base de plantas, debemos tomar en cuenta que el impacto medioambiental, aunque menor cuando se compara con productos de origen animal, sigue siendo un tema de estudio; revisar las condiciones de cultivo, el aprovechamiento del agua, las emisiones de gases invernadero, entre otros, nos permitirá tomar decisiones informadas de cómo incorporar alimentos a nuestra dieta de forma consciente.

Es importante considerar que cuando se tenga alguna deficiencia nutricia o se padezca de alguna enfermedad específica, la guía de un especialista en salud y nutrición resulta siempre esencial para garantizar un óptimo estado de bienestar.

Conclusiones 

  • Una dieta que es buena para ti y para el planeta, es una dieta sostenible, la dieta flexitariana ofrece una alternativa sostenible, innovadora y saludable. 
  • Al incorporar a la dieta una mayor proporción de alimentos de origen vegetal se obtienen múltiples beneficios a la salud: un sistema inmune más fuerte, una mejor salud digestiva y una menor prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas.

Optar por una dieta flexitariana también tiene beneficios para el planeta, disminuye la contaminación, el desperdicio de alimentos y su impacto en el efecto de gases invernadero; a la vez que optimiza el uso de recursos como el agua, la tierra y los empleos.

Fuentes de consulta

Alimentación saludable

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