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La salud metabólica va más allá de “un buen estado de salud" se refiere a presentar bajo riesgo de enfermedades como obesidad, diabetes, aterosclerosis e hipertensión. Existen factores, como la alimentación, con los que podemos proteger la salud metabólica y reducir el riesgo de contraer alguno de dichos padecimientos.

Para hablar de salud metabólica hay que saber más sobre el metabolismo y en sus raíces griegas está la clave: metabole, que significa cambio y el sufijo -ismo, que significa cualidad, sistema. Esto es, el metabolismo es la cualidad de convertir lo que se recibe del entorno (aire, alimento, etc.) en energía y sustancias útiles para mantener un buen funcionamiento del cuerpo. 

ejercicio y metabolismo

 

La respiración, la circulación sanguínea, la regulación de la temperatura, el movimiento de los músculos, la digestión, la eliminación de desechos, los procesos del cerebro y de cada uno de los órganos del cuerpo son parte del metabolismo. 

presión y metabolismo

A través de la eficiencia de estos procesos es como el organismo puede mantener una adecuada salud metabólica.

Existen ciertos indicadores directamente relacionados con la salud metabólica y a los que es necesario prestar atención, así como vigilarlos periódicamente.

Indicadores de salud metabólica
Indicadores de salud metabólica, niveles saludables.

 

El primer paso que se tiene al alcance para favorecer una salud metabólica adecuada es la alimentación. A continuación, se presentan cuatro estrategias para lograrlo: 

  1. Que la mitad de los granos que se consumen al día sean enteros. Contener el grano completo (salvado, germen y endospermo), significa que representan una buena fuente de fibra y de vitaminas B, hierro, folato, selenio, potasio y magnesio. Además de ayudar a controlar los niveles de glucosa y grasas en la sangre, estos micronutrimentos son necesarios para formar células nuevas, llevar oxígeno a cada parte del cuerpo, regular la tiroides y mantener un sistema inmune saludable.
  2. Que la mayor cantidad de grasas que se consumen sean las que brindan las oleaginosas y los pescados. Por lo general este tipo de grasas se encuentran en estado líquido a temperatura ambiente. En el organismo pueden reducir el colesterol malo y aumentar el bueno, así como bajar el nivel de triglicéridos y mejorar el control de los niveles de glucosa.
  3. Que las proteínas sean prioridad. Aumentando las proteínas de origen vegetal que se encuentran en leguminosas (frijoles, lentejas, etc.) semillas (nueces, almendras, etc) y prefiriendo proteínas de origen animal bajas en grasa se puede ayudar a mantener la masa muscular, el sistema inmunológico y en general a promover los procesos metabólicos en las células.
  4. Que verduras y frutas se consuman más. Ya que brindan vitaminas y minerales que son críticos para el metabolismo, así como colores, sabores y texturas diversos que enriquecen cada comida. 

Como se puede notar, la salud metabólica incluye el consumo de todos los alimentos en porciones moderadas —salvo que un profesional de la salud dé indicaciones diferentes, debido a condiciones especiales de salud—. Por ejemplo, la dieta mediterránea, que se caracteriza por un alto consumo de aceite de oliva y alimentos vegetales (frutas, verduras, leguminosas, semillas y granos enteros) así como un consumo moderado de productos lácteos, pescado y pollo, y un bajo consumo de carnes rojas, ha sido ampliamente investigada y ha demostrado estar asociada con un bajo riesgo de síndrome metabólico.

alimentación y metabolismo

Finalmente, así como la alimentación es esencial para alcanzar una adecuada salud metabólica, también lo son una hidratación con abundante agua simple, dormir entre 7 y 9 horas cada día de forma regular y estar en movimiento, para mantener o incrementar la masa muscular.

Resulta más sencillo de lo que parece lograr una adecuada salud metabólica. Se trata de tomar consciencia día con día, decidir y elegir aquellos alimentos que brindan una alta combinación de macronutrimentos de calidad, así como proteínas, tanto de origen animal como vegetal; hidratos de carbono como los granos enteros y grasas saludables, sin olvidar a las frutas y verduras que brindan vitaminas, minerales y fibra.

Fuentes de consulta

Alimentación sostenible

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