Proceso de producción de alimentos

Los alimentos procesados promueven la inocuidad alimentaria porque su procesamiento implica una serie de pasos que controlan y monitorean las condiciones en las que se reducen o eliminan los peligros asociados con la contaminación de alimentos. 

Por ejemplo, la pasteurización en lácteos y jugos reduce riesgos por contaminación por bacterias como Salmonella o Listeria, la filtración separa el agua de cocción de leguminosas para eliminar la presencia de compuestos que pueden afectar la absorción de algunos nutrimentos y el cribado puede eliminar la presencia de materia extraña como piedras u hojas de los granos o cereales que ingresen al proceso de molienda.

La industria alimentaria implementa rigurosos sistemas de calidad, como el Análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP) que es un sistema que identifica y controla riesgos específicos en puntos críticos del proceso de producción, minimizando la probabilidad de que agentes nocivos lleguen al consumidor final. De forma adicional, la industria de alimentos utiliza técnicas avanzadas de limpieza y aislamiento en las instalaciones de producción para evitar la contaminación cruzada, lo cual es particularmente importante para la gestión de alérgenos, residuos químicos y otros contaminantes que pueden causar reacciones adversas a la salud.

En cada etapa del proceso de producción de alimentos intervienen tecnologías avanzadas que no solo aseguran la calidad e inocuidad de los productos, sino que también buscan mantener y, en muchos casos, mejorar su valor nutrimental.

Los alimentos procesados ofrecen opciones rápidas y fáciles de preparar, sin sacrificar su valor nutrimental. Esto es especialmente importante porque se adapta a los diferentes estilos de vida de la población, en donde el tiempo es un recurso limitado. Elegir alimentos basados en su aporte nutrimental puede convertirse en una tarea compleja si se desconoce qué contienen los alimentos procesados.

La conservación de nutrimentos puede mejorar tras el procesamiento de alimentos. Veamos algunos casos. 

Durante el proceso de secado por aspersión, en el que se obtiene leche en polvo, se controlan los niveles de lactulosa, para que el valor nutritivo de la leche en polvo sea similar al de la leche fresca, de tal forma que no se comprometa la biodisponibilidad de la lisina, un aminoácido indispensable presente en la leche. Otra ventaja del procesamiento de la leche es la fortificación, una práctica que permite la adición de vitaminas que atiende a políticas públicas de salud, con la finalidad de combatir deficiencias en vitamina A y D entre la población.

En el caso de nutrimentos funcionales, presentes en diferentes grupos de alimentos de origen vegetal, el tratamiento térmico tiene un efecto positivo en el valor nutritivo de carotenoides, haciéndolos biodisponibles en productos como el jitomate, la zanahoria, la espinaca o la col, cuando se consumen tras un proceso de cocción al vapor o freído. 

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Razones para confiar en los alimentos procesados

Los alimentos procesados han evolucionado para convertirse en una opción confiable y segura para los consumidores.  El procesamiento de alimentos garantiza la inocuidad alimentaria a través de productos accesibles y sostenibles en una amplia gama de opciones que incorporan diferentes grupos de alimentos que se adaptan a los gustos y requerimientos de nutrición de grupos generales y específicos de la población.

Cada vez más los consumidores demandan información clara, confiable y accesible sobre lo que contienen los alimentos procesados. La información que aparece en el etiquetado de los alimentos envasados ofrece al consumidor la opción de tomar decisiones informadas, permitiéndole disfrutar de una dieta saludable, variada y segura. Las exigencias del mercado obligan a las empresas del sector alimentario a buscar estrategias que adopten prácticas de transparencia que fortalezcan la confianza del consumidor.

La industria alimentaria ha desarrollado productos que se adaptan a diferentes necesidades nutricias, como alimentos con bajo contenido en sal, sin azúcar o adicionados con vitaminas y minerales. Estas innovaciones benefician a los consumidores con restricciones dietéticas específicas, a tomar decisiones sobre las opciones de nutrimentos que contienen los alimentos procesados sin comprometer su estado de salud.

Aprender a identificar el valor nutrimental de los productos que comemos es la mejor opción para adoptar una alimentación sana y equilibrada a través de grupos de alimentos que además de brindar energía, aportan los nutrimentos necesarios para un buen estado de salud. 

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A continuación, compartimos diez razones para integrar distintos grupos de alimentos procesados a una alimentación correcta y saludable.

1. Lácteos pasteurizados. Son, además de productos inocuos, una excelente fuente de calcio, vitaminas y proteínas de alta calidad. La pasteurización asegura la eliminación de microorganismos patógenos sin comprometer el valor nutrimental de estos productos.
2. Frutas y verduras congeladas. Son procesadas rápidamente después de ser cosechadas, lo que ayuda a conservar sus nutrimentos. Además, hace que productos como fresas, espinacas, nopal, brócoli, etc. estén disponibles durante todo el año, permitiendo una mayor variedad en la dieta.
3. Leguminosas enlatadas. Garbanzos, frijoles y lentejas, son una opción práctica y accesible, ricas en proteínas vegetales, fibra y minerales. Al ser cocidas y enlatadas en condiciones controladas, son inocuas y fáciles de usar en platillos saludables.
4. Pescados en conserva. Atún, sardinas y salmón son fuente de proteínas de alta calidad y de ácidos grasos omega-3, que benefician la salud cardiovascular. Estos productos ofrecen conveniencia e inocuidad, sin comprometer el aporte de nutrimentos indispensables.
5. Cereales integrales o de granos enteros. Productos como el pan, pasta, tortillas o arroz elaborados con granos enteros, son una opción que conserva las tres partes de los granos que aportan  fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.  El consumo de este tipo de alimentos puede ayudar a mejorar la salud digestiva y a aportar energía de larga duración.
6. Carnes procesadas mínimamente. Algunas carnes procesadas, como el pollo, cerdo o res, son empacados al vacío o con ayuda de mezcla de gases inertes que mantienen su frescura por más tiempo, pueden contener proteínas magras y otros nutrimentos indispensables, ofreciendo practicidad y proteínas de alta calidad.
7. Aceites vegetales refinados. Aceites como el de oliva, canola o girasol, pasan por procesos que eliminan impurezas y ofrecen una fuente de lípidos buenos para el organismo. Usados con moderación, son una fuente de energía que ofrece grasas saludables indispensables para el organismo.
8. Alimentos fortificados. Pan, leche y otros productos elaborados con harinas de trigo y maíz, son alimentos que se adicionan con vitaminas y minerales, para cubrir ciertas deficiencias nutrimentales y que cumplen un rol importante en la prevención de enfermedades.
9. Alimentos modificados en su composición. Con el fin de atender necesidades nutricias específicas de los consumidores, la industria de alimentos ofrece una amplia gama de alimentos. Los hay reducidos en azúcar, con mayor contenido de fibra, sin sodio, sin lactosa, etc. Todos ellos, ejemplos de alimentos que pueden formar parte de una alimentación saludable.
10. Alimentos envasados. Gracias a la tecnología alimentaria, hoy contamos con un creciente grupo de alimentos procesados que se adapta a las necesidades de los diferentes estilos de vida a través de prácticas sostenibles, utilizando tecnologías que evitan el desperdicio de alimentos, optimizan el uso de recursos naturales y reducen la huella de carbono.
11. Los alimentos procesados son una opción confiable y segura para los consumidores, que garantizan la inocuidad alimentaria, pueden mejorar la conservación de nutrimentos y ofrecen múltiples opciones que se adaptan a las necesidades de todos los grupos de la población. ¡Confía en ellos!

Fuentes de consulta

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Nutritional comparison of fresh, frozen, and canned fruits and vegetables. Part 1. Vitamins C and B and phenolic compounds. (s. f.). Journal of the Science of Food and Agriculture, 87(6), 930-944.