Disfrutar de la comida, especialmente con la familia y los amigos, es una de las alegrías de la vida. Los alimentos y el agua nos sostienen y nutren, lo que nos permite crecer, ser activos y saludables. El acceso a un suministro higiénico de alimentos y de agua es prioridad y todos tenemos un importante papel que cumplir para asegurarnos de consumir alimentos en las condiciones de higiene que permitan proporcionar los nutrimentos que requerimos y al mismo tiempo disfrutar su sabor.
En la industria de alimentos somos responsables de producir alimentos de forma higiénica, es decir inocuos, para que lleguen a nuestros consumidores en forma segura. Y los organismos gubernamentales son responsables de establecer las normas de higiene, realizar inspecciones y garantizar el cumplimiento de dichas normas.
En tanto, los consumidores tienen la enorme responsabilidad de mantener las condiciones de higiene para mantener su salud y la de sus familias.
¿Los alimentos que consumes con tu familia son inocuos?
Las enfermedades transmitidas por los alimentos, a veces llamada intoxicación alimentaria, son causadas por el consumo de alimentos contaminados. Sus síntomas a menudo se confunden con otros problemas de salud porque pueden presentarse desde escalofríos, diarreas, mareos, fatiga, dolores de cabeza, fiebre leve y malestar estomacal, hasta vómitos y deshidratación, calambres severos y problemas de visión.
Para reducir los riesgos de las enfermedades transmitidas por los alimentos, es esencial seguir buenas prácticas de higiene de alimentos o de inocuidad alimentaria, desde que se producen, hasta su consumo en la mesa. Un adecuado manejo de los alimentos ayuda a mantener los nutrimentos que promueven la salud y evitar su descomposición.
Hay cuatro reglas básicas de higiene que son importantes a la hora de manejar, servir y almacenar los alimentos:
- Limpiar. Lava siempre los alimentos, manos, superficies y utensilios de cocina.
- Separar. No permitas la contaminación cruzada. Mantén los alimentos crudos separados. Las bacterias pueden propagarse de un alimento a otro.
- Cocinar. Cocina los alimentos a la temperatura adecuada. Los alimentos cocinados deben mantenerse calientes. El calor destruye las bacterias.
- Enfriar. Refrigera o congela los alimentos de inmediato.
A lo largo de la cadena alimentaria, –producción en el campo, procesamiento, llegada a supermercados y restaurantes– se deben seguir las regulaciones de inocuidad alimentaria para minimizar los riesgos de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Sin embargo, una vez que los alimentos salen de las tiendas o supermercados, el consumidor tiene la responsabilidad de mantener la higiene de lo que consumirá.